La información facilitada por el patrón del arrastrero Aguilica II inducía a pensar que el crecimiento de las merluzas del canal de Menorca pasaba de 9 centímetros en marzo a 30 en octubre, es decir crecía 3 centímetros al mes o no menos de 2 centímetros al mes asumiendo incluso una hipotetica ralentización del crecimiento en otoño e invierno. Es decir, que se tratara de un crecimíento anual de unos 20-24 centímetros, algo inaceptable en aquel momento. En aquellos años, y para algunos aun ahora, la merluza del Mediterraneo era considerada una raza enana con un crecimiento muchísimo más lento.
LOS ANTECEDENTES
En 1952 Paul Bougis del Laboratorio Aragó, adscrito a la Universidad de Paris en Banyuls-sur-Mer, realizó una revisión del crecimiento de los peces mediterráneos que publicó en Vie et Milieu, y, en relación a la merluza del Mediterráneo, hacia suya la teoría de la "raza enana" publicada por Belloc en 1935 (Revue des Travaux VIII-2, num. 30). Belloc se había basado en lecturas de la edad en escamas procedentes del Mediterráneo francés. Nadie aceptaría hoy en día un trabajo de crecimiento de merluza basado en lectura de escamas pero el tópico de la "raza enana" sigue marcando los estudios de la biología de esta especie aun hoy en día. Cabe señalar que Belloc estudió escamas de merluzas de no más de 40 centímetros y capturadas a no más de 50 metros de profundidad (sic), si bien parece que conocía que a mayor profundidad había merluzas de mayor tamaño. Estos trabajos marcaron durante años, y en cierta forma aun marcan hoy, la tónica en lo referente al crecimiento de la merluza mediterránea. Ello pese a que ese mismo año, 1952, la Comisión Internacional para el Estudio del Mar (ICES) celebro en Copenhagen un coloquio sobre la merluza y allí Letaconoux, también del Office des Peches (hoy IFREMER) como Belloc, puso en duda la teoría de la "merluza enana del Mediterráneo" citando la existencia de ejemplares de 60 centímetros. Letaconoux presentó resultados de crecimiento de merluza mediterránea de 8 centímetros para el primer año y unos incrementos anuales de entre 8 y 10 centímetros para los años sucesivos. Asimismo Belloc en su trabajo de 1935, aunque referido a la merluza atlántica, daba cuenta de una recaptura en el sur de Irlanda de una merluza de 28,9 centímetros marcada, y recuperada 255 días más tarde cuando medía 40,6 centímetros y habiendo recorrido 130 millas (mas de 71 kilómetros). Esto supone un crecimiento de 1,4 centímetros al mes o sea 16,8 centímetros al año, una tasa de crecimiento inaceptable entonces incluso para el Atlántico. Belloc concluía, no obstante: "Le Merlu est un poisson à croisance rapide", aunque no lo hacía extensible a la merluza mediterránea.