LA REGATA DE LA RUTA DE LA SAL |
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La ruta del comercio de la sal entre las Islas Baleares y la península, pese a ser de corto recorrido, era conocida como la Ruta de la Sal. En 1846, reinando en España una Isabel II de 16 años, en Barcelona estalla la revolta dels matiners apoyada por los Carlistas que asedian la ciudad. Era la segunda Guerra Carlista (1846-1849) que tuvo como escenario principal Cataluña y como detonante la proclama del Señor Don Carlos VI el día 14 de Septiembre de 1846, aceptando, sobre todo, la propiedad burguesa del campo y la existencia de partidos en la vida política. Los alimentos empezaron a escasear en Barcelona, asediada por los ejercitos carlistas. Las minas de sal de Cardona estaban en manos de los carlistas y en la ciudad se hacía imposible la conservación de los alimentos. Para romper el bloqueo el comerciante Onofre Xifre Pauvila lanzó un reto a los navegantes de la época para trasportar sal desde Formentera hasta las costas del Garraf. Pagaría el cargamento en función del orden de llegada, a los primeros en oro y los últimos no podrían siquiera pagar a sus tripulaciones. Trece barcos se concentraron en la pitiusa menor, tres goletas, tres bergantines-goleta, dos bergantines, dos pailebots, una bribarca, una polancra y un jabeque tunecino. El favorito era, el mayor de todos, una goleta de casco de acero de 78 metros de eslora de cuatro palos y matriculada en Marsella, el Crabe de Marseille. Era el buque insignia de la Compagnie Francaise d'Hautemer y la comandaba el capitan Marçel Paddok. Este era el único barco equipado con propulsión mecánica, pero el patrón dio su palabra de no utilizarla. Cuatro embarcaciones eran de las islas. Los dos pailebots, uno, el Cala Pregonda, de 34 metros de eslora que había sido construido en Fornells de Menorca lo comandaba el Capitan Xavier Ferragut, menorquín y ex-oficial de la armada británica. El otro, de 24 metros lo mandaba el capitán ibicenco Rafael Verdera. La goleta de 26 metros Isla del Aire de Maó estaba capitaneada por Joan Pons y otra Goleta de 26 metros, la Fina de sa Calobra, registrada como yate en el Port de Soller era comandada por el joven aristócrata aragonés Alberto de la Cruz, que mas tarde emigraría a Argentina. |
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RUTA DE LA SAL 2006 A BORDO DEL MUNGA |
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1. DE PORTOCOLOM A DENIA |
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El miércoles 5 de abril de 2006 decidimos llevar el barco a Andratx donde habíamos concertado una suspensión para limpiar la obra viva. Así lo hicimos al día siguiente. El viernes embarcamos víveres suficientes para toda la travesía y dejamos el barco listo para zarpar atracado en el espigón exterior del puerto de Andratx. El sábado 8 de abril de 2006 a las 9:30 AM, con el Munga a son de mar, zarpamos del puerto mallorquín de Andratx en demanda del islote de Tagomago, referencia nororiental de la isla de Eivissa. |
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En las últimas ediciones de la Ruta de la Sal hemos ido conformando una tripulación que repite año tras año. El patrón, Toni Oliver, es un experto navegante de la Ruta que participó por primera vez en la edición de 1991 a bordo del Zippora de Portocolom patroneado por Rafel Mascaró. Lo hizo por segunda vez en 1997, ya al mando del Noriso también de Portocolom y repitió en 1998. Desde 2001 ha participado ininterrumpidamente al mando del Munga. Pere Ballester, experto mestre d'aixa, es un histórico, fue armador del legendario Noriso junto con Toni y eso creó profundos lazos de unión entre ellos. Con Pere a bordo el patrón se siente más seguro. Cualquiera que sea la avería que se presente siempre tiene una anécdota de aquel pequeño gran viejo cascarón, como lo bautizara Nadal en la Sal del año 97. El mayor número de historias de Pere se refieren a vías de agua, especialidad en la que el Noriso era un verdadero buque escuela. Tomeu Ramon "Rito", cuñado del patrón, participó por vez primera en la Sal de 2001 a bordo del Munga. En 2005, al sur de Formentera nos abrumaban las averias en una noche de viento fresco y racheado y mar de cara, Rito nos dio el empujón necesario para disipar cualquier tentación de retirada y supimos romper el maleficio de 2004. El año anterior una tangana de mucho cuidado nos obligó a retirarnos a 10 millas al norte de Tagomago, no supimos aguantar el tirón. Hay partidos que son decisivos, como el del Barça en 1979 frente al Fortuna de Dusselorf en Basilea con Rife como entrenador, o el de la Samp en 1992 con Johan en Wembley y sobre todo el que sería en 2006 frente al Arsenal en Saint Denis con Frank Rijkaard. El Munga, perdió un partido en 2004, pero supo ganar el partido de 2005 al sur de Formentera y Rito fue el crack que nos empujó, como lo fueran en los partidos decisivos del Barça Charly Reixach en 1979, Ronald Koeman en 1992 o Samuel Etoo este año. Así, en 2005 se abrió una nueva etapa de singladuras para el Munga. Este año, por motivos laborales, Rito tuvo que incorporarse el miércoles en Denia a 24 horas de la salida. Este año ha participado por segunda vez el hijo mayor del patrón, Toni y por vez primera su hijo menor, Miquel, dos buenos marineros, ellos son el futuro. Pere Oliver, oceanógrafo y hermano mayor del patrón, "es conco" como lo llaman Toni y Miquel y a veces también los demás, forma parte de la tripulación desde 2002 y su responsabilidad se centra en la navegación, las comunicaciones y la cocina. Aunque en el Munga todos los tripulantes asumen, en todo momento, el cometido que se les requiera a la orden del patrón. |
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El de a bordo no es espacio para la democracia. A bordo se aplica el buen rollo y aquello de que donde hay patrón no manda marinero. Al que le cueste comprenderlo que se pase por un videoclub o tire de emule y se haga con Rebelión a bordo, El motín de la Bounti, aquella extraordinaria película de 1962 con Marlon Brando, Trevor Howard y Richard Harris u otro Motín, el del Caine, nada menos que con Humphrey Bogart. Esas dos películas son manuales de lo que se debe y de lo que no se debe hacer en un barco. Aunque si de cine y de navegaciones se trata que nadie se quede sin ver Master and Commander: the far side of the world con Russell Crow en el papel de Jack “el afortunado” Aubrey y que no se pierda su banda sonora. Particularmente esa versión de la Música Nocturna delle strade di Madrid, no.6, Opus 30 de Boccherini interpretada por Aubrey y Maturin. En el Munga, como en la Surprise, el mando es del patrón, con él todos a una y no hay más. |
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Así que dejando el imponente cap de la Mola por babor y siguiendo la estela del Macarella, el Munga puso proa al puerto continental de Denia. El Macarella, patroneado por Juan Domingo de la Cruz, ha participado en las últimas ediciones de la Sal. Juan participó por vez primera en la accidentada edición del 98 a bordo del Noriso y en los últimos años solemos preparar juntos la regata y navegamos en conserva desde Mallorca hasta Denia para tomar la salida. Era un día claro y soplaba una suave brisa de norte, fue una travesía tranquila y agradable. Decidimos parar en Eivissa para ver el Sapo, otro Trintella III igual al Munga que unos días antes habíamos adquirido. |
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Tras rehogar cebolla y pimiento verde salpimentó, añadió las patatas cortadas, más bien rotas con maestría por Pere Ballester, un vaso de sidra vasca, un bote de tomate troceado y agua hasta que cubrió. Lo dejó cocer hasta que la patata estuvo hecha, entonces añadió los trozos de tasarte para que cocieran no más de cinco minutos. Dijo que esa receta la aprendió de un vasco llamado Fidel Olaizola, que el verano pasado, en s'Illa de'n Colom, cocinó un delicioso Marmitako con atún rojo que habían pescado volviendo de Cerdeña. Y como a bordo hay que aprovecharlo todo, al día siguiente el cocinero preparó unos filetes a la plancha con generoso condimento acompañados de patatas fritas. Dio resultado y Ballester confesó que había sido la mejor comida a bordo en mucho tiempo. |
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Para Pere Ballester no hay nada mejor que un filete con patatas fritas, a lo sumo una hamburguesa o un perrito, por supuesto con patatas fritas y aquéllos, aunque de animal acuático, no dejaban de ser filetes y la ración de patata era generosa, como debe ser. Cuando zarpó el fastferry de Balearia en el que Miquel y Claudia regresaban a Mallorca, junto con los amigos del Macarella buscamos un bar para ver el Racing-Barça. |
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El lunes a las 9:00 AM dejamos Ibiza con rumbo a Denia, el parte meteorológico del INM anunciaba noreste 4 y marejada amainando por la tarde y la previsión se cumplió al pie de la letra. Cruzamos los Freus pasadas las 9:30 AM y cuando dejábamos l'Illa dels penjats vimos que el mar estaba plagado de medusas, grumers. Estos animales aparecen en abundancia sólo algunos años, probablemente condicionados por las características oceanográficas de ese año. ¿Cuáles son esas condiciones?, eso es algo que, pese a los enormes esfuerzos que se están dedicando a la investigación oceanográfica, todavía desconocemos. Inmediatamente dejamos el imponente Vedra por estribor y nos adentramos en un canal de Ibiza en el que nos encontramos con un considerable tráfico marítimo. El noreste fuerza 4 nos vino de perlas cuando el motor se paró debido a un problema con el retorno del gasoil y el depósito de estribor. El prefiltro de gasoil estaba muy sucio, muchísimo, sorprendente si tenemos en cuenta que había sido cambiado antes del verano y desde entonces el motor no había funcionado más de 100 horas. Sin duda el gasoil que cargamos este verano en Túnez era la causa de tanta suciedad, gasoil muy barato, pero sucio. No teníamos filtro de recambio y optamos por funcionar sin el prefiltro. |
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Llegando a Denia pasamos junto a un pez luna. En las islas lo llamamos surer y ciertamente es como un corcho cuando flota tumbado y aparentemente inanimado en superficie. Moderamos y nos detuvimos junto a él, "está muerto" apuntó alguien, pero entonces recupero la verticalidad y nadó hacia el fondo desapareciendo. Llegan a medir 3 metros y a pesar hasta una tonelada y media. No son apreciados para comer excepto en Chipre donde sí se comen. Es extraño que las mismas especies puedan ser tan apreciadas en unos lugares y despreciadas en otros. Es el caso de la llampuga, tan apreciada en Mallorca, en Sicilia o en Malta donde incluso aparece en su moneda más común. Es tan poco el interés que despierta este pez en las costas continentales que se llegó a plantear la teoría, luego desmentida, que sólo aparecía en los mares insulares. Lo mismo ocurre con el jerret tan apreciado en Mallorca y sin ninguna opción comercial en otros lugares, o la mollera, tan poco apreciada en Mallorca y que en Menorca, frita en abundante aceite muy caliente, como la comimos en el Vell Parrander de Cales Fonts, es un plato marinero allí casi emblematico. Pero es así y no es de ahora porque aún llaman más la atención los casos del rape o de la langosta o de las cocochas de merluza, productos del mar que antaño, en realidad no hace tanto, no tenían mercado y tenían que ser consumidas por los propios pescadores y sus familias y hoy son carísimos manjares muy buscados y apreciados. Entonces apareció la Nao por la amura de babor, estábamos llegando a Denia. |
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El martes fuimos a tomar el aperitivo a Casa Benjamín "Miles de Botellas". Una de las razones por las que optamos por la versión Este es por volver a tomar el aperitivo en esta bodega llena de miles de botellas, con sus paredes llenas de recuerdos deportivos. Cañas de cerveza, vermouth con sifón, Nestea, mejillones en escabeche y boquerones en vinagre con aceitunas y rosquilletes. Alguien les preguntó a los chavales “¿Estáis de vacaciones?”, “No todos los días, hemos tenido que pedir autorización para ausentarnos con un poco de antelación.” “¿Y vosotros”, replicaron “estáis también de vacaciones? “No exactamente” le respondió uno de los tripulantes y luego, dirigiéndose al resto de la tripulación nos explicó: “Un colega con el que trabajé siempre repetía que un funcionario como somos nosotros, siempre que no esté jubilado, debe estar o en su puesto trabajando o en comisión de servicio, de vacaciones, gozando de permiso por asuntos propios o con baja medica, no le cabe otra posibilidad. Hoy le hubiéramos tenido que explicar a aquel compañero que existe otra situación: la Ruta de la Sal”. Aunque en realidad más que otra situación la Ruta pertenece a otra dimensión, una dimensión que nada tiene que ver con la vida cotidiana a la que se refería aquel compañero. Nada nuevo, nadie que haya flirteado en serio con el mar duda que los humanos o estamos vivos o estamos muertos o somos navegantes. Lo dicho, otra dimisión, otra forma de entender y utilizar el tiempo, otra forma de vivir. La tripulación evidenció su asombro ante tal realidad pero todos asintieron y apuraron sus bebidas. |
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Antes de las ocho estábamos en pie, pero entre duchas, desayunos y el entretenimiento que nos dispenso la cadena SER relatando el comportamiento esperpéntico, por evitar hablar de antidemocrático, del PP en España a propósito del auto de procesamiento por el atentado del 11M de 2004 en Madrid y de la no aceptación del resultado electoral por parte de Berlusconi en Italia, a media mañana todavía no nos habíamos puesto manos a la obra ni había noticias del ferry de Balearia. El patrón estuvo peleándose por nuestro ratting, nos habían asignado un 0.906 en el nuevo RN y tras muchas gestiones y gracias a la ayuda inestimable de Pere Cabañero y el buen hacer del personal de la Federación Española de Vela desplazado a Denia para la ocasión se nos asignó un 0.878, superior al que nos corresponde y al 0.851 de IRC Club, pero algo más ajustado a la realidad. |
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A las 14:00 habíamos cambiado el cable de la VHF y la antena, pero seguíamos sin poder emitir más allá de dos millas. Poco después de las 15:30 llegó Rito y como es costumbre encontró a la tripulación en esos momentos de actividad y ultimación de detalles previos a la partida: pegar los numerales, comprobación de baterías y consumo de elementos eléctricos. Después de comer el patrón agotó el último cartucho comprando una nueva emisora y comenzó a instalarla, fue un momento de gran incertidumbre, sin VHF no se puede participar en la regata. Conectada la radio, contactamos con el club náutico de Javea que contestó sin apenas dar tiempo a la voz de cambio, “fuerte y claro”. Entre incredulidad y sorpresa lanzamos una nueva llamada, "A ver, a ver, algún pesquero en las cercanías de Denia, aquí Munga para una prueba de radio", a las 17:30 h. un pesquero que faenaba a 7 millas de Denia nos recibió “fuerte y claro”, la alegría se apoderó de todos nosotros, el preblema estaba resuelto. Por la noche la organización obsequió a los participantes de la versión Este con una cena a la fresca. Algunos de la tripulación del Munga comimos un plato de arroz caldoso pero no participamos del cocido que servían de segundo plato. Hicimos acopio, como cada año, de vasos de "plástico" de Estrella Damm y optamos por visitar por última vez Casa Benjamín "Miles de Botellas" en un último paseo por las calles céntricas de Denia. Los vasos de Damm son, por la delgadez de sus paredes y por el calor específico del material con el que están hechos, inmejorables para beber cerveza en verano sin que esta pierda temperatura por intercambio calorífico con el vaso. En casa Benjamín tomamos unas cañitas y adoramos de nuevo el Barça de Helenio Herrera que preside el local. Vimos al Espanyol proclamarse campeón de copa. Luego fuimos a cenar, comimos pasta, carga de hidratos de carbono para afrontar la regata. Ya nunca mas caeremos en el error de 2004 en que por agotamiento tuvimos que retirarnos a 10 millas al norte de Tagomago cuando navegabamos volados bajando desde Barcelona. Antes de retirarnos a la embarcación visitamos un bar clásico para las tripulaciones del Munga como antes lo fue para las del Noriso, el Jamaica, donde rememoramos anteriores ediciones. Es costumbre tomar un roncito, escribir algo en el libro del bar y releer las anotaciones de los años anteriores. La emoción es mucha, escribió Xisco Carrasco en la edición del 2002, ciertamente la Sal es otra dimensión. |
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El jueves 13 de abril de 2006 día de la salida, mientras el patrón acompañado de Toni asistía a la reunión de patrones, el navegante dio un vistazo a los últimos Boletines Meteorológicos Marítimos y a las salidas de los modelos de predicción de viento (HIRLAM) y oleaje (WAME) publicados en Internet por el Instituto Nacional de Meteorología. Un anticiclón de 1030 al Norte de Azores que se extendía en cuña y debilitándose en el Mediterráneo y una baja de 1008 en el Adriático determinaban la situación general. Otro anticiclón de 1020 sobre Baleares y otra depresión de 1010 en la costa atlántica marroquí completaban el cuadro. Todo ello nos iba ha deparar vientos de fuerza 2 a 4 del Sur rolando al Sursureste o incluso a Sureste al acercarnos a las Islas y marejadilla tendiendo a marejada. En resumen, una vez que nos separáramos de la costa tendríamos que navegar de ceñida y muy probablemente no podríamos doblar el cabo de Berberia a la primera. No se trataba desde luego de las mejores condiciones para el Munga, nuestro barco prefiere vientos portantes y frescos pero cualquier cosa es mejor que aquella encalmada de 2003 que casi nos volvió locos. |
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Toni y Miquel se iban turnando con su padre a la caña y finalmente Miquel pilotó el barco durante unas 20 millas barloventeando con atención, no está nada mal para ser su primera Sal. Atentos a la radio supimos que el Macarella iba unas 6 millas por delante, no nos tomaban más de una milla por hora y los más rápidos nos adelantaban en unas 12 millas y eso nos mantenía en la pelea, pero quedaba mucho partido. Además pronto caería el sol y con la noche los tramposos que se ayudan del motor avanzarían sigilosos. A las 20:30 horas, a la puesta de sol estábamos a menos de 30 millas de Berberia y navegábamos a 5-6 nudos con buena mar y viento del Sur que calculamos de fuerza 3, ya que no llevamos anemómetro. Nos equipamos para pasar una noche de cielos limpios que se anunciaba fría y húmeda. La luna llena asomó espectacular a nuestra proa sobre Formentera. Pusimos la radio FM para seguir el Barça-Madrid que se disputaban una plaza de la final a cuatro de la Euroliga. |
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Durante la travesía se recuerdan historias del Noriso, Toni y Pere recuerdan que en las regatas del Conde de Barcelona, cuando ceñían, el barco se llenaba de agua, que se acumulaba en el costado de sotavento y la bomba de achique no podía sacarla. Había que parar para adrizar el barco y sacar el agua y volver a la carga. Con el Munga las cosas han sido distintas, es la sexta ruta del Munga, siempre en la versión Este, saliendo de Denia, salvo el año 2004, que salimos de Barcelona y a las 4 horas de la madrugada nos cogió la tangana. Lluvia, ventarrón y unas olas enormes de popa que acojonaban. Andábamos a más de ocho nudos con sólo un tormentín, pero fallamos como tripulación y a 10 millas de Tagomago nos retiramos agotados. Hay un antes y un después de esa regata. El 2003 fue el año de la encalmada y llegamos fuera de control, tras 52 horas navegando nos cerraron la línea de llegada cuando nos faltaban tres millas. El año pasado fue nuestra mejor regata hasta la fecha y la primera de Toni, el hijo mayor del patrón. Superamos el bajón al sur de Formentera y cruzamos la línea de llegada con dos barcos detrás en tiempo real y ocho en compensado. Toni recogió el saco de sal y lo entregó a su hijo, le dijo, corremos por esto. Aquel año, el agotamiento y el mareo de tierra no nos dejaron terminar la cena a la que nos invitó el amigo Gerardo Mayor, el presidente de Ibiza Nueva, y su esposa Amparo Huici. La mesa de aquel restaurante francés de Ibiza, a tiro de piedra del monumento al corsario, navegaba y los ojos se nos cerraban, pero nos sentíamos muy felices, Gerardo y Amparo nos supieron disculpar, son una gente estupenda. |
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Entrada la noche "es conco" preparó una sopa de fideos bien caliente que la tripulación agradeció mientras el viento comenzaba a escasear y rolar a Sureste, por lo que ya no pasábamos el cabo. A catorce millas comenzamos a caer para intentar mantener una velocidad no inferior a 4 nudos. A seis millas de Berbería, andando a escasos 3 nudos hicimos un bordo, era el principio de una encalmada que a las 4 horas nos atrapó a 2 millas de Berbería. El patrón agotado se fue a descansar un rato y dejó al mando a su hijo mayor, que a duras penas mantuvo el gobierno e hizo avanzar la nave. La situación era desesperante. Hablamos por radio con el Macarella que estaba encalmado al otro lado de Sa Mola a 18 millas de Tagomago, donde se encontraba la mayoría de la flota. Una luz roja nos acompaña, avanzaba con inexplicable rapidez en la oscuridad. Lo teníamos por el través, nos llegaba el run run de un motor, posiblemente cargaba baterías. A las 7:20 horas, al salir el sol sobre la Mola de Formentera, se fue levantando viento, nos movíamos a más de 4 nudos!. A las 8:12 horas dejamos el faro de Berbería por el través de babor y a las 10:20 horas estábamos a 2,15 millas de Sa Mola y andábamos a 4 nudos y medio. Oímos a alguien llamando por radio a Tagomago control para decir que estaba pasando la Mola y que era el último. Comunicamos con él para decirle que al menos tenía dos barcos a su popa y que uno éramos nosotros. El otro nos iba algo delante, eran los dos únicos barcos que teníamos a la vista tras la salida del sol. Con la noche nos habíamos quedado muy solos. Esperamos para comunicar a Luis, en Tagomago control, que estamos en carrera, sabíamos que se alegraría pero queríamos hacerlo navegando con rumbo norte hacia él. |
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A las 11:00 horas doblamos la Mola y pusimos rumbo directo a Tagomago. Comunicamos con Tagomago control pero Luis se había acostado un rato, hablamos con Isabel que le había dado un relevo. Media hora más tarde, con viento del Estesureste, metimos el spy y nos pusimos entre seis y siete nudos. Navegamos muy bien, mientras pudimos aguantar el rumbo directo a Tagomago, luego el viento refrescó y el barco empezó a entrar de orza. A diez millas de Tagomago optamos por bajar el spy y seguir con el génova. En el freu de Tagomago Isabel Pollo nos dio el paso, pero también hablamos con Luis y quedamos para tomar una birra en el Keeper. Ponemos rumbo directo a Botafoc, ya no hay duda, estaremos en Eivissa para ver jugar al Barça y cede la tensión. Somos así, carecemos de ese punto de competitividad que hace que no cedas ni un ápice hasta cruzar la línea de llegada. No tenemos nadie cerca con quien picarnos, el patrón se acuesta y su hijo propone poner el spynaker, déjalo le decimos, al fin y al cabo ¿para que? Pues muy sencillo, sin el spy entramos con un tiempo de 1 día dos horas, doce minutos y 31 segundos, puesto 129 en la general compensada, a solo 33 segundos del 128 y con solo un poco más de competitividad y perseverando en lo que estábamos podíamos haber quedado más adelante. ¿Importante? pues si, corremos con y contra nosotros, por lo que sólo podemos estar plenamente satisfechos cuando hemos hecho las cosas lo mejor posible, lo demás da igual, sabemos que nuestro barco es lento y pesado, que nuestras velas están viejas, pero tenemos un largo camino para llegar en la mejor posición posible. Quien sabe si nos ponen el rating que nos corresponde y hacemos bien las cosas, a lo mejor un año quedamos los primeros. |
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Con el barco amarrado y la electricidad conectada tras tener que cambiar la conexión, Rito y Ballester marcharon raudos para encontrar un bar donde ver el Barça, mientras Pere fue a ducharse y el patrón y sus hijos se quedaron en el barco, comentando la regata con los del barco de al lado, eran gallegos. Finalmente fuimos todos a ver el Barça-Villarreal donde estaban Rito y Ballester, el bar "Fleixes", una hamburguesería donde ponían el fútbol. Allí nos cominos una hamburguesas y unos crepes flambeados. Nos acostamos pronto, estabamos agotados. |
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Por la noche, entrega de premios. Nos dan el premio a la Fidelidad, pero llegamos tarde a recogerlo, como tantas veces, no volvera a ocurrir. Aunque sera duro tener que subir al escenario de esa fiesta interminable, pero sera nuestro homenaje a Pepe Ferrés, se lo merece. En la fiesta encontramos a Luis y Isabel de Tagomago control, nos pusimos mutuamente al corriente de nuestros proyectos nauticos. Luego llegaron Rosa, la hermana de Isabel y Alberto Butragueño los tripulantes del Boiro I y entonces apareció el ¿a que hora zarpamos? tipico de todos lo viajes. El síndrome fin de travesia, esa ansiedad que atrapa inevitablemente a todo tripulante inexperto cuando queda alrededor de una decima parte del viaje por compeltar. No importa que sea un viaje de un dia, de una semana, de un mes o de un año, siempre se presenta en ese último tramo. Pero cuando el virus se colaba y ya andamos que si nos vamos ya a bordo y zarpamos y así estaremos para comer en Portocolom o que si al estar todos a bordo esta misma noche feim avant sea la hora que sea o varias opciones mas, el patrón estuvo atento a la jugada y zanjo el mal de cuajo:"zarparemos a la salida del sol" y no hay mas. La coversación regreso al tono festivo propio de la ocasion y el patrón comento que se había enamorado de uno de los barcos que participó en la regata, el Andrómeda y por la noche conoció casualmente al armador y patrón, Alberto Aracil. Alberto nos comentó que los barcos, especialmente esos como el Andrómeda o el Noriso, te vampirizan. Nosotros, los humanos, creemos que tenemos un barco pero no es así, son los barcos que nos tienen a nosotros, nos sobreviven y siempre acaban encontrando otro humano que los cuida dandoles lo mejor de sí mismo. Cuando ese humano se va llega otro para ocupar su lugar y el barco persiste sobre sucesivas generaciones hasta que el mar decide que también al barco se le agotó el ciclo. El mar siempre tiene la última palabra. Después de la fiesta todos se fueron al Keeper, algunos a Pacha, pero a la mañana siguiente supimos que alguien se había quedado a bordo. |
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La música del Keeper atronaba en la noche ibicenca, pero poco a poco el tripulante que había optado por regresar a bordo después de la fiesta de entrega de trofeos viajó a la Cádiz de principios de 1805 y a vivir las peripecias de Don Alfonso Gutiérrez de Cisniega, de Marcial Medio-hombre y del joven Gabriel. A participar en sus debates acerca del desastre acaecido la noche del 12 de julio de 1801 ante la escuadra inglesa en el Estrecho de Gibraltar y sus causas: “nosotros navegamos siempre con el alma a un largo, nobleza izada y manos limpias... El inglés no se larguea y siempre ataca por sorpresa, buscando las malas aguas y las horas de cerrazón”. Más tarde, a bordo del Santísima Trinidad, el mayor barco del mundo, 4 puentes, 61 metros de eslora, 16 de manga y casi 8 de puntal y 140 bocas de fuego en sus costados se sintió transportado al fragor de la batalla de Trafalgar el día 21 de octubre de 1805. En aquella batalla “todo se perdió como un tesoro que cae al fondo del mar”. Un ejemplo más del desprecio que recibimos del francés, de la contundencia y profesionalidad del inglés, de la grandeza de algún español como el brigadier Churruca y de la endémica incapacidad cuando no egoísmo personal de nuestros gobernantes. |
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Pere Ballester y Toni, hijo mayor del patrón, finalizaron el descanso tras la movida y nocturna despedida del puerto de Ibiza y del resto de tripulaciones que habían participado en la regata. Tras unos momentos de adaptación se acomodaron en la bañera del Munga. El cocinero propuso: "¿hacen unos linguine matriciana al modo Munga?", "vale" contestaron todos al unísono. El barco cabeceaba y el patrón decidió caer un poco para facilitar la labor al cocinero, lo que nos obligó a pasar entre Conejera y Cabrera. Cocinar con el barco escorado y con cierto cabeceo y que salga bien tiene su cosa. A la verdadera matriciana no le van los linguine ni se usa bacon para el sugo, cierto, pero en el Munga se hace así y no hay mas. La olla llena de agua con sal y unas hojitas de laurel bien sujeta sobre uno de los fuegos y el cocinero acoplado al barco apoyando la espalda en el mamparo y los pies en los bajos de la cocina sujetando la sartén sobre el otro fuego. En la sartén un poco de aceite y antes de que se caliente en exceso, los ajos previamente cortados y, cuando empiezan a dorarse se añade la panceta salpimentada y luego el tomate de bote, previamente abierto. El tomate debe ser troceado, ni triturado ni entero. Todo hay que prepararlo antes y dejarlo al alcance de la mano. Peperoncino, sal y algo de azúcar para matar la acidez del tomate. La pasta a la olla y en pocos minutos, cuando está al dente, se cuela en un colador dispuesto en uno de los fregaderos, de nuevo a la olla, ya sin agua, y se le añade il sugo, parmigiano rallado al momento y perejil espolvoreado. "Tios, la pasta esta servida, a la mesa!". Los chavales comieron atentos a la navegación y ello nos permitió a los mayores comer con tranquilidad. Estos chavales son estupendos y el mar es un medio fantástico para introducirlos en el laberinto que se abre ante ellos. Navegando a motor y con el piloto automático a cargo de la derrota los temas de conversación se suceden al azar y el tiempo va pasando en tanto el espacio que nos separa de nuestro puerto base va menguando. Recordamos al Tifón, un bote que compramos en 1974 porque nuestra madre quería remar. Luego lo arbolamos con un aparejo marconi, con un palo mayor sin jarcia, para navegar en Portocolom y sus alrededores. Pere Oliver y Pere Bordoy rompieron el palo mayor a ras de la cubierta navegando de ceñida rumbo al Faraio d'en Fred . Hubo que adaptarle una jarcia firme y fue con este barco con el que el patrón cazó por vez primera una escota descubriendo la magia de hacer avanzar un barco con la ayuda del viento. Luego en 1977 llegó el Cinderella, un casco de 6 metros construido en los astilleros Majoni des Coll de'n Rabassa también con aparejo marconi. El Cinderella amplió el radio de acción hasta el archipiélago de Cabrera. Más tarde el llaüt Teresa, un 30 palmos con el que en 1987 dimos la vuelta a Menorca y el Siracusa II, el catamarán de 18 pies que parecía tener reprís y corría como un caballo desbocado. Últimamente, es conco se ha enamorado de una Zodiac fastroler, el Oli segon, con la que se pasa el verano recoriendo las calas de Menorca. La gran virtud del Oli segon es que al llegar a puerto se recoge en menos de 15 minutos en el maletero del coche y si te he visto no me acuerdo. Algún día tendremos que hablar largo y tendido del problema de los amarres. Ahora, los pequeños tienen un nuevo velero, el ganguil, el viejo 470 de nuestro amigo Kek Riera con el que Toni, Miquel y Perissius "es rito petit", surcan las aguas del Port y la mar gran. |
El final de la travesía fue agitado, avería en el motor, lluvia y una mar de cara que mos feia embarcar bastant de polssim, pero más tarde fue amainando. A las 22:00, ya navegábamos con rumbo casi directo a Portocolom, era noche cerrada y por el través de babor, la boca de Cala Mondragó. Nuestra mirada se perdió en la oscuridad intensa de aquella cala, la cala que siempre recordaremos azul y luminosa en aquellas calmas de enero de 2004. En el aire los acordes de guitarra de Raimon y en la mente el: "T'he conegut sempre sempre igual com ara". Y algunos creimos ademas oir los versos de Ovidi que para siempre nos acompañaran y nos daran el animo para seguir: "em creureu mort, jo no hauré mort , faré vacances... i qualsevol dia impensat ... serè mes jove i tornaré...i si per cas, jo no ho crec pas, encara dura la vida dura, dons altre cop de part dels bons". Lo dicho, otra dimensión. Sin darnos cuenta teníamos Cala d'Or por el través y a proa el característico grupo de dos destellos del faro de la bocana de Portocolom, ya estábamos en casa! Nuestras mujeres, madres, novias y esposas, nos esperaban en Portocolom y encargaron en el Mestral lomo de cerdo a la plancha con patatas fritas para todos. Toni estaba un poco triste porque su novia Inés le había dicho que no podría ir a esperarlo, pero al acercarnos al muelle distinguimos la figura de dos niñas, Inés y Mónica, que divertido es vivir. Eran las 23 horas. ¿Repetiréis el año que viene?. Sin duda, repetiremos. La Sal es una referencia anual de primer orden, es la posibilidad de pasar un tiempo al año en otra dimensión. El patró Esteve, marinero mítico y centenario de Portocolom nos contaba un dia, mientras partia monjetes para una paella, en es Celler de Ca'n Tià de Felanitx, que durante toda su vida habia salído a la mar a pescar, todos los días del año excepto un cada año, el día en que andando se llegaba hasta Palma con una moneda de 50 pesetas en el bolsillo para ir a los toros y algo mas, esa era su dimensión alternativa, la nuestra es La Sal. Al acabar de cenar, nos hicimos una última foto de grupo en la puerta del restaurante, luego las despedidas y en un momento dado el patrón se volvió hacia su tripulación que todavía haraganeaba en la puerta del restaurante y con voz firme sentenció: “Chavales, fin del partido”, todos asintieron, pero en la mente de todos y cada uno imperaba una sola idea: La Sal 2007 |
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